¿Se puede trabajar con fatiga crónica?

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se puede trabajar con fatiga crónica

¿Qué impacto tiene en la productividad, la seguridad y la gestión de equipos en el sector industrial y de la construcción?

En el sector industrial y de la construcción, donde las tareas físicas son exigentes, los márgenes de error son mínimos y las plantillas ajustadas, cada baja laboral pesa. En este contexto, un problema como la fatiga crónica no solo afecta al trabajador que la sufre, sino al ritmo de producción, la seguridad y la rentabilidad de toda la empresa.

La pregunta no es si se puede trabajar con fatiga crónica. La verdadera pregunta es: ¿qué puede hacer la empresa al respecto?

¿Qué es la fatiga crónica y cómo afecta al trabajo físico?

La fatiga crónica no es un simple cansancio. Es una condición debilitante que se mantiene en el tiempo (meses e incluso años), que no mejora con el descanso y que afecta física, mental y emocionalmente. En sectores como la construcción o la industria, donde el rendimiento depende en gran medida de la resistencia física, la coordinación y la concentración, las consecuencias pueden ser críticas:

  • Disminución de la productividad
  • Incremento del riesgo de accidentes laborales
  • Falta de reactividad ante situaciones imprevistas
  • Errores por falta de concentración

El cuerpo no responde igual cuando está agotado de forma persistente. Y en un entorno donde manejar maquinaria, cargar peso o trabajar en altura es parte del día a día, esto no solo afecta al rendimiento… afecta a la seguridad.

¿Qué provoca la fatiga crónica en este sector?

Aunque la fatiga crónica tiene múltiples causas, en el entorno industrial y de construcción hay varios factores comunes que pueden desencadenarla o agravarla:

  1. Jornadas largas y mal gestionadas
  2. Turnos rotativos o nocturnos
  3. Ruido constante, vibraciones y temperaturas extremas
  4. Carga física continuada
  5. Falta de pausas adecuadas
  6. Mala ergonomía
  7. Alto estrés organizacional

Estos elementos, cuando se mantienen en el tiempo sin control ni evaluación, pueden contribuir al desarrollo de un estado de agotamiento físico permanente.

¿Cuántos grados tiene el síndrome de fatiga crónica?

Y por qué es esencial identificarlos para adaptar el puesto de trabajo.

El síndrome de fatiga crónica (SFC) no se manifiesta igual en todas las personas. Existen diferentes niveles de severidad, y entenderlos puede ayudarte a tomar decisiones más acertadas en cuanto a la gestión de la plantilla y la prevención de riesgos laborales.

Se reconocen habitualmente tres grados de severidad:

Leve

El trabajador puede mantener su actividad profesional, pero con dificultad. Suele requerir más descansos, sufre bajadas puntuales de rendimiento y acusa más el esfuerzo físico.

En este nivel, una adaptación preventiva y temprana puede evitar la cronificación y reducir el riesgo de baja laboral.

Moderado

Hay una limitación clara. Puede asistir al trabajo algunos días, pero necesita reposo frecuente. Aparecen síntomas emocionales como ansiedad, desmotivación o irritabilidad.

En este punto, la intervención del servicio de prevención y la adaptación del puesto son imprescindibles.

Grave

El trabajador no puede realizar ninguna actividad laboral. La fatiga es extrema y constante, y afecta a su vida diaria.

Aquí ya no hablamos de adaptación, sino de incapacidad. Pero si se ha llegado a este punto, la empresa probablemente no ha detectado ni intervenido a tiempo.

Entonces… ¿se puede trabajar con fatiga crónica?

La respuesta es: sí, pero no se debe hacerlo sin adaptaciones y acompañamiento profesional.

Trabajar con fatiga crónica sin una estrategia de prevención, seguimiento y adaptación, no solo perjudica al trabajador, sino que incrementa los riesgos para toda la plantilla. Desde la empresa, se debe actuar en tres niveles:

1. Identificación temprana del problema

La mayoría de las veces, la fatiga crónica pasa desapercibida o se normaliza. «Está cansado», «Es lo que hay en la obra», «Es normal que esté así con estos turnos». Pero ignorar la señal del cuerpo puede desembocar en situaciones graves.

📌 Clave para la empresa: Formación específica en PRL para mandos intermedios y responsables de prevención, que permita detectar señales tempranas de fatiga crónica (ausencias recurrentes, irritabilidad, errores, desconexión, lentitud en movimientos).

2. Evaluación de riesgos psicosociales y físicos

La fatiga crónica debe incluirse como factor de riesgo en la evaluación de riesgos laborales. Es necesario contemplar tanto los elementos físicos como los psicosociales:

✅ ¿Se están respetando los descansos?
✅ ¿Los turnos permiten una recuperación real?
✅ ¿Existe presión excesiva por producción?
✅ ¿La carga física se reparte de forma adecuada?

📌 Aquí es donde un servicio de prevención experto marca la diferencia. No solo por cumplir con la ley, sino por evitar rotación, bajas largas y accidentes.

3. Adaptaciones del puesto y acompañamiento

Una vez detectado el caso, el trabajador puede seguir siendo útil, siempre que se realicen las adaptaciones adecuadas. Y no, no siempre significa bajarle la carga laboral a cero. A veces basta con reorganizar tareas, ajustar horarios o reducir carga física en momentos clave.

Ejemplos de adaptaciones en entornos industriales o de construcción:

  1. Reubicar al operario en tareas menos demandantes físicamente
  2. Alternancia de tareas para evitar sobreesfuerzos continuados
  3. Revisión ergonómica del puesto de trabajo
  4. Establecer descansos activos programados
  5. Mayor supervisión y revisión de indicadores de salud laboral

📌 Lo importante es que el técnico PRL o el responsable de prevención actúe con visión estratégica y no desde el «esto no se puede hacer». El objetivo es mantener al trabajador activo y seguro, sin poner en riesgo su salud ni la del resto del equipo.

¿Y si no se actúa? Riesgos para la empresa

Muchas pymes industriales o del sector construcción minimizan este tipo de situaciones hasta que ya es demasiado tarde. Pero la inacción tiene consecuencias:

❌ Aumento de bajas por IT prolongadas
❌ Pérdida de productividad y retrasos en obra
❌ Accidentes laborales con implicaciones penales
❌ Mal ambiente laboral y desmotivación del equipo
❌ Rotación de personal valioso y con experiencia

Además, no actuar en un caso de fatiga crónica puede interpretarse como negligencia, con consecuencias legales si se demuestra que la empresa no puso los medios necesarios para proteger al trabajador.

Sí, pero con prevención, seguimiento y humanidad

Sí, se puede trabajar con fatiga crónica, pero no a cualquier precio. Se necesita implicación real del equipo de prevención, sensibilidad desde la dirección y una actitud proactiva para adaptar el entorno de trabajo. Porque cuidar a las personas no solo es una obligación legal, es una decisión estratégica que impacta directamente en la rentabilidad del negocio.

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Validado por

Mar López
Directora técnica de Preconlab

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